Negros y Negras

Los defensores de derechos humanos negros/as son aquellos comprometidos con el reconocimiento equitativo de las identidades, con la protección y prevención a la discriminación de grupos, así como con la multiplicación y la ampliación de derechos. Actúan contra el genocidio de la población negra, la violencia institucional, en favelas y periferias, espacios marcados por la discriminación racial y socioeconómica.

En Brasil, uno de los últimos países a abolir formalmente la esclavitud[1], la población negra fue, durante mucho tiempo, relegada a un papel subalterno en la sociedad. Bajo el mito de la democracia racial, donde el racismo no existe y todos sus ciudadanos se relacionan armónicamente independientemente de su raza, miles de negros y negras fueron torturados y muertos.

En el país, marcado por las desigualdades socioeconómicas y socio raciales, crece el número de asesinatos de la población negra[2], así como la criminalización de defensores y defensoras de derechos humanos. Los defensores y las defensoras de los derechos humanos negros/as son los que sufren en mayor grado violencia física, simbólica e institucional. Además, están entre los grupos sociales más vulnerables en lo que se refiere a la criminalización de las luchas y la posibilidad de asesinatos.

La actuación en el ámbito de los derechos humanos hace a los hombres y las mujeres negros/as más vulnerables, y tiene como telón de fondo, la violencia sistemática contra la población negra.

La actuación de los defensores y defensoras de derechos humanos negros/as es imprescindible. Por entender que se trata de una medida fundamental para el fortalecimiento de la lucha en la protección y defensa de los derechos humanos de la población negra, la actuación de esos defensores debe ser protegida y potenciada.

Resistências