Personas habitantes de la calle

Considerado el más vulnerable entre los grupos socialmente vulnerables, la población en situación de calle es víctima de la negligencia, la discriminación, el prejuicio y el desprecio, que resultan en acciones violentas de agresión física, psicológica y moral, y, en casos desafortunadamente no tan raros, homicidios.

Es un grupo poblacional heterogéneo que posee en común la pobreza extrema, los vínculos familiares interrumpidos o fragilizados y la inexistencia de vivienda convencional regular, y que utiliza los espacios públicos y las áreas degradadas como espacio de vivienda y de sustento[1]. Son personas que poseen antecedentes de consecutivas pérdidas y enfrentan una serie de dificultades para mantener la vida en los límites de la sociabilidad. Además, el desconocimiento sobre la situación de las personas en situación de calle contribuye a la formación de un imaginario perverso que criminaliza a las personas en razón de su condición social[2].

Así, el blanco más frágil de prácticas de violencia perpetradas tanto por particulares, como por el propio Estado, que refuerza su situación de exclusión, al negarles derechos básicos, practicando, aún, acciones directas de violencia institucional, en prácticas que se Intensifican cada día en los grandes centros, retrato de una ola creciente de «higienización» y de intolerancia a la diversidad.

Así, la defensa de los derechos de esa población de lazos fragilizados y la dispersión territorial es un desafío. Sin embargo, muchas batallas han sido bloqueadas: la resistencia contra las acciones de recogida de pertenencias, la lucha por la vivienda, el acceso a la salud, la disponibilidad de servicios públicos, el suministro de documentos, la ampliación de los equipos públicos, la reglamentación del trabajo, y por la implantación de una política de gestión de residuos sólidos que incluya a los recicladores de materiales reciclables como beneficiarios de la cadena productiva. Esas son algunas de las conquistas que, aunque parezcan tímidas, son inconmensurables para una población que pasa invisible a miradas indiferentes en las ciudades.

Resistências